Entrevista a Jordi Vidal, concebollista y decano de la Facultad de Física

¡Queda inaugurada la revista Desfase! Y, como no podría ser de otra manera, con una entrevista. Jordi Vidal es físico, ingeniero, profesor, catedrático, Decano, y... ¡persona! Nos ha prestado unos minutos de su tiempo y hemos podido conversar con él. Se le ve tranquilo y determinado. Lleva camisa.


Tortilla de patata, ¿con o sin cebolla?

- Con cebolla, con cebolla.


Dos libros sin relación con la ciencia. El último que has leído y uno que te haya cambiado la vida.


- El último libro que he leído ha sido Cuatro Esquinas, de Vargas Llosa, y ahora estoy leyendo Gusano de seda. ¿Uno que me haya cambiado la vida? Realmente, libros que me hayan cambiado la vida no los hay. No hay ninguno que me haya marcado una trayectoria especial. Sí que te puedo decir que libros que no he leído porque no me gustan nada son los de ciencia ficción. No me gusta nada leer este tipo de libros tal vez porque como estamos todo el día haciendo cosas de ciencia, para relajarme, leer ciencia ficción no me gusta nada. Pero, libros que me hayan marcado la vida no los hay. La vida te va marcando la vida; de libros por ahora ninguno.



Horchata, ¿sí o no?


- La horchata me gusta, pero ya no la tomo. Cuando era joven sí que tomaba más, me sentaba mejor, pero ahora no.



Jordi Vidal, Decano de la Facultad de Física de la UV

¿Por qué la Física? ¿Era uno de tus sueños o fue por casualidad?


- Piensa que yo empecé hace muchos años, y en la Física empiezas pues… Bueno mira, te voy a contar algo. Yo empecé Física porque me gustaba la Física, evidentemente, y también un poco por aquello de que, cuando eres joven y estás intentando ligar, veías que por ser físico las chicas se te quedaban mirando así como “Joer, este tío es físico. Qué raro”. Había una cierta curiosidad. Entonces yo hice 1º de Físicas en el CUC, el antiguo Colegio Universitario de Castellón. Y luego, como tenía que pasar a Valencia y no había demasiado dinero en casa, conseguí una beca en ingeniería. Así que he hecho física y una ingeniería técnica. Y tras acabar la ingeniería técnica conseguí una beca para acabar la carrera de física. Lo digo porque, muchas veces, algunos de los jóvenes que entran en la facultad se preguntan si hacer física o una ingeniería. Yo les diría que si les gusta la física no hagan una ingeniería, porque son cosas muy diferentes, no tienen nada que ver.



¿Hubo alguna asignatura que odiaste durante la carrera o que, al contrario, te encantase?


- Sí, algunas que odié sí. Verás, yo tengo un defecto visual, y es que soy daltónico. Entonces, en el laboratorio de óptica cada vez que tenía que ver un espectro o algo relacionado con colores, me ponía con ello pero no conseguía distinguir nada, y lo peor era que era daltonismo no diagnosticado. La suerte que tuve fue que las prácticas se hacían por parejas y mi compañero era el que veía todo mientras yo lo anotaba. De modo que ese tipo de prácticas las llegué a pasar con mucha angustia, porque no era capaz de superarlas y no sabía el motivo. Por otro lado, una que me gusto mucho fue Partículas Elementales, en 5º de carrera. Sin embargo, ahora está en el máster.


¿Alguna vez pensaste en dejar la carrera?


- No. Nunca.


Hiciste tu tesis en
INTERFERENCIA DE AMPLITUDES DE CORRIENTES NEUTRAS DÉBILES Y ELECTROMAGNÉTICAS. ¿Cómo explicarías qué es eso a un recién admitido en 1º de Física?


- Pues va a ser complicado… Digamos que lo que intentaba estudiar era lo siguiente: en la producción de alguna partícula, se produce esta partícula a través de un canal en el cual hay una resonancia, quiero decir, hay otra partícula que, a la energía a la que se produce la primera se genera una resonancia. Lo que sucede es que hay una interferencia entre la partícula producida y la propia resonancia, de modo que la curva que describe la cantidad de sucesos, en vez de mostrar una cantidad superior a la de la curva, mostraba una cantidad mucho más baja, incluso inferior a la de la curva. Es un poco complicado de explicar.


¿Tu vocación por la Física de partículas estaba clara desde el principio o empezaste con otra tendencia y luego ya te diste cuenta de cuál era tu vocación?


- No. Siempre me gustó la Física de partículas.


Has escrito un libro de matemáticas junto a Peñarrocha y Santamaría, y eres catedrático de Universidad. ¿Cómo ha sido tu carrera académica hasta llegar a este punto? ¿Qué hiciste nada más licenciarte?


- Tras licenciarme conseguí una beca de cuatro años para hacer la tesis. Como en aquella época teníamos que dar bastantes clases, con cuatro años no tuve bastante y pedí una prórroga de un año para terminarla; y en ese año conseguí un contrato de ayudante. Cuando acabé la tesis me fui al extranjero dos años, estuve haciendo un post doc en Estados Unidos, volví, y al año siguiente oposité a titular. Conseguí la plaza, y la he tenido hasta hace diez años, cuando conseguí la cátedra.


Fuiste profesor en los cursos de preparación para las Olimpiadas de Física. ¿Guardas algún recuerdo especialmente entrañable?


- No recuerdo ninguna anécdota fuerte. Sí que es verdad que alguna vez hay alguna persona que quiere hacerse notar sobre el resto y le tienes que hacer ver que esa no es la manera de hacerlo, pero en general son clases muy agradables. Piensa que quienes vienen lo hacen porque quieren. Vienen a aprender cosas, no están obligados a venir. De hecho, los resultados suelen ser buenos, así que debe ser que lo estamos haciendo más o menos bien.


Por otro lado, eres el Decano de nuestra facultad. ¿Cuándo surgió ese interés político/administrativo?


- Pues mira, antes de ser Decano era director del Departamento de Física Teórica, y durante ese periodo de director tuve contacto más cercano con los demás directores y el equipo decanal, por lo que me enteré de temas comunes que se van tratando. Entonces, yo quise entender que había cierta capacidad de diálogo con los demás departamentos, y me di cuenta de que era una persona que no despertaba ni odios ni demasiadas pasiones a favor o en contra. Era capaz de entenderme con todos. Ya cuando se presentó Soledad Gandía, hubo un primer intento de presentarnos con un equipo que encabezaba Pedro Andrés Bru. No conseguimos la mayoría, aunque recabamos cierto apoyo, y cuando acabó Soledad Gandía hicimos una reunión para ver si se presentaba alguna candidatura. Ahí surgió un poco, entre los integrantes de la anterior candidatura, la idea de que me presentase yo. Me animaron y entendí que me tocaba.


¿Qué implica ser decano? ¿Cuál sería tu día a día?


- Bueno, el día a día cambia. Si empiezan las matrículas, acaban, empiezas a preparar el año que viene… Ahora vamos a empezar con la organización del año que viene, por ejemplo. Y una de las cosas que me sorprendió es que el decanato lleva una parte que trata la representación exterior y es el decano el que se encarga de esta parte más visible: hablar con el rectorado, si te llama alguna fundación, representar a la Facultad… Además de coordinar a los vicedecanos que son quienes se encargan más del día a día. Y esta es una faceta de la que yo no era consciente antes de ser decano pero que hay que asumir.


¿Has vivido algún cambio que consideres muy importante en la Universidad?

- El gran cambio fue la creación de los estatutos de la Universidad de Valencia. Piensa que pasamos de una estructura en la que había solo un catedrático por departamento, que era una persona intocable prácticamente y determinaba la vida y la muerte de las personas, a una estructura en la que hay varios catedráticos, cada uno es uno más en el departamento, con su voz y con su voto, y supone una democratización respecto a como era antes. Creo que esto fue crucial para el buen desarrollo de la universidad.


¿Tienes o tuviste alguna afición friki?


- No, que yo sepa. Como los físicos estamos considerados frikis, las aficiones que podemos considerar normales a lo mejor el resto del mundo las considera frikis. Entonces es difícil saberlo. Yo al menos no soy consciente de ello, y mis hijos tampoco me han dicho nada al respecto, así que tengo una cierta salvaguarda de que no.


Volviendo a tu tesis. Si no me equivoco, la presentaste nada más y nada menos que en 1986. La tesis suele ser fruto de varios años de estudio y dedicación. Habrás visto pasar por delante de tus ojos muchos avances tecnológicos, tanto en el ámbito de la Física de Partículas como en el ámbito de la vida cotidiana. ¿Hay alguno que te gustara destacar?


- Para mí el avance tecnológico más importante está relacionado con el plano de las comunicaciones. Yo sufrí bastante con esto porque me fui a Estados Unidos y dejé aquí a mi mujer. Entonces, hablábamos por teléfono pero costaba un pastón. Yo creo que la gente no es consciente de que puedes estar hablando con una persona en Sebastopol con Skype y viéndole la cara. A mí esto sigue pareciéndome un avance impresionante. Sobre todo, en este mundo globalizado en el que los hijos se van a estudiar fuera, o a trabajar fuera, o tus hermanos se han ido… Me parece realmente útil.


Teniendo esa perspectiva sobre lo rápido que avanza la tecnología, ¿crees que hay algo imposible?

- Es difícil esa pregunta… Seguro que hay algún límite, pero por ejemplo con la inteligencia artificial, antes se decía que nunca se podría reproducir el cerebro con toda su complejidad y que no serían capaces de aprender a tomar decisiones. Eso creo que sigue estando muy lejos, pero decir que no se llegará… no me atrevería.

Actualmente se está llevando a cabo un gran número de experiencias con el fin de descubrir el componente de la materia oscura, aunque sin éxito, por ahora. ¿Hay algo que la teoría deje claro acerca de ella?

- No, nada. Ni de la materia ni de la energía oscura. Por eso ahora temas de cosmología y astropartículas está tan de moda, porque es donde ahora hay que buscar. Pero no, no tenemos ni idea.


Sin entrar en fenómenos aún más desconocidos, ¿crees que algún día llegará a completarse una “teoría del todo”? En caso de que se consiguiera, ¿qué consecuencias tendría para la Física como rama de la investigación?


- Bueno, yo creo que a eso no llegaremos nunca. Piensa que si uno acaba con la teoría del todo la física ahí se acabó. Al menos la física de partículas. Y yo creo que siempre vamos a estar buscando cosas. Las técnicas que tenemos ahora para hacer teorías y ajustarlas a la práctica tal vez exigirían una revisión, porque, aunque hasta ahora han funcionado bien, ya no somos capaces de encontrar nada en la naturaleza que nos confirme si el modelo existe o no.


¿Qué consejo darías a un estudiante que entra a 1º y se embarca en el bonito proyecto que es estudiar Física?


- Bien, vosotros sabéis que la carrera es dura. No es absolutamente imposible, pero hay que estudiar. Y eso es lo que yo hice, estudiar y trabajar mucho. Pero sobre todo, algo que los más jóvenes no hacéis ahora y es comentar las cosas con los amigos y estudiar en grupo. Y en vez de preguntar en una tutoría puedes esa misma tarde conseguir una respuesta, y lo que no se te ha ocurrido a ti se le ha ocurrido a él. Y esa es una forma de trabajo colaborativo que os irá muy bien. Porque yo no veo que colaboréis entre vosotros y no colaboráis porque tenéis algo que en mi época no existía demasiado, y es ese afán competitivo, pero eso tenéis que relajarlo. No es lo mismo competir que colaborar, y una cosa no quita la otra. Creo que os ayudaría bastante.


¿Qué crees que se podría hacer desde las Universidades para combatir las pseudociencias?

- Éste es un tema dramático, de hecho, toca de cerca la facultad. Un estudiante de 4º de carrera tuvo leucemia (y fijaos que es una persona formada, no estamos hablando de alguien sin formación), empezó un tratamiento de quimioterapia y lo abandonó por las pseudociencias. Y murió. Su padre ha venido muchas veces por la facultad y ha hecho una asociación contra las pseudociencias. Y el chico era un estudiante muy bueno, eso es lo que no acabas de entender. Yo creo que lo que estamos haciendo mal es que no estamos informando bien y no somos lo suficientemente enérgicos como para cuando alguien habla de ello decir: “eso son patrañas”. Porque ahora hay un movimiento que quiere que la homeopatía entre en la seguridad social, apoyado incluso por médicos. Entonces hay que exigir unas pruebas rigurosas de los tratamientos de la homeopatía, que estén basadas en el método científico, pero lo que no puede ser es la base de un tratamiento, nunca.


¿De qué gran cambio mundial te gustaría ser testigo?

- Hombre, pues sobre todo si tenemos una cierta edad todos te diremos lo mismo: que se acabe con las enfermedades graves, con los cánceres, con el ébola. Eso me gustaría verlo, y saber que mis hijos están libres de esos miedos, que, si los sufren, con tres pastillas sea suficiente, o con una vacuna.



Para terminar, ¿De tú o de usted?


- Normalmente, aquí nos tratamos de tú. En la universidad, cuando yo era estudiante, evidentemente el tú no se utilizaba. Pero actualmente creo que el tutear o tratar de usted no es necesariamente una muestra de respeto. Yo creo que lo que de verdad importa es lo que se dice y cómo se dice. En mi relación con el mundo exterior a la universidad suelo usar el usted; pero dentro de una colectividad como es la universidad, el tú es completamente aceptable.



  Jordi Vidal ha sido el primer entrevistado por Desfase... pero no el último. Permaneced atentos.

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